lunes, 26 de septiembre de 2011

Mujeres Saudíes por Primera Vez Podrán Participar en Elecciones Municipales del Reino Wahhabí


RIAD (ABNA) — Será la minoría shií, las mujeres y los hijos de extranjeros -nacidos en el país y a quienes las autoridades niegan la nacionalidad- los protagonistas de una "revolución inevitable".
En el país rige una tergiversada interpretación de la 'sharia' o ley islámica.


Mujeres Saudíes por Primera Vez Podrán Participar en Elecciones Municipales del Reino Wahhabí

Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) — Ni voto ni voz. Las súbditas saudíes, condenadas a una "infancia perpetua", recibirán de su monarca el derecho a participar en las elecciones municipales. Podrán, al fin, votar y ser votadas. Pero su primavera tendrá que esperar: el anuncio de este domingo no se hará efectivo en los comicios del próximo jueves –los segundos en la historia del país- sino dentro de cuatro años.

Una obligada travesía por el desierto para ejercitar una concesión casi ridícula si quienes deben disfrutarla viven sojuzgadas por la tutela masculina. Las saudíes no pueden conducir ni practicar deporte, trabajar, viajar, someterse a una operación quirúrgica, casarse o estudiar sin el permiso de un tutor varón (un padre, un marido o un hermano). Y, menos aún, abrir una cuenta bancaria o matricular en el colegio a sus hijos sin el plácet paterno.

Viven sometidas en un país que está gobernado por una monarquía con poderes absolutos y en él que rige una estricta interpretación de la 'sharia' o ley islámica, que impone la segregación de sexos en espacios públicos.

El rey de Arabia Saudí, Abdulá bin Abdul Aziz, ha anunciado este domingo en un discurso televisado que "tras deliberar con los ulemas" (doctores islámicos) las mujeres participarán a partir de la próxima legislatura en las elecciones a la Shura, funciones similares a las de un parlamento nacional. Una medida adoptada –ha agregado- con el deseo de que la población femenina se desarrolle conforme a la modernidad. "Porque rechazamos marginar a las mujeres de la sociedad", ha indicado.

La monarquía wahabí, una vieja aliada de Estados Unidos en la región, celebra el próximo jueves unas elecciones municipales en las que más de 5.000 hombres buscan ocupar la mitad de los escaños en los 285 consejos locales del reino. El resto de representantes son nombrados directamente por el Gobierno.

En la inminente cita electoral la voz femenina no será siquiera un susurro. A pesar de que más de 60 intelectuales y activista saudíes llamaron a boicotearlas o de que el Consejo de la Shura, un órgano consultivo, reconociera en junio que las mujeres deberían votar en futuras convocatorias. "No estamos preparados para la participación de las mujeres en las elecciones municipales", aseguró en marzo Abd al Raham Dahmash, presidente de la comisión electoral. La excusa es un "mantra" desde que en 2005 el país albergara su primera cita con las urnas. Entonces el Gobierno justificó la exclusión femenina por la imposibilidad de verificar la identidad de las saudíes, pues la mayoría carece de documento acreditativo.

Una revolución inevitable

Las mujeres del reino conocerán tarde el valor de su sufragio. En Báhrein, sus vecinas lo ejercitan desde 2002 aunque necesitaron hasta el pasado año para que la primera fémina, Salma Fatima, llegara al Consejo municipal. En 2005, las kuwaitíes también estrenaron su participación en unas elecciones municipales con dos mujeres elegidas en los consejos municipales. Hoy cuatro féminas ocupan asiento en el parlamento de Kuwait.

Dueñas de un voto pero muy lejos de la emancipación. La ley saudí continuará tratando a la mujer como menor de edad pero se habrá abierto una estrecha rendija. Según el analista liberal saudí Mansour al Hadj, "la revolución de la mujer saudí ya ha comenzado". "Una página de Facebook titulada 'Revolución de las mujeres de Arabia Saudí' cuenta con más de 2.000 miembros", agrega. En su opinión será la minoría chií, las mujeres y los hijos de extranjeros -nacidos en el país y a quienes las autoridades niegan la nacionalidad- los protagonistas de una "revolución inevitable".

El movimiento feminista, aún embrionario, ya tiene rostros conocidos como el de Manal al Sherief, una joven que el pasado mayo desafió la prohibición de conducir. Su osadía, secundada más tarde por unas 70 compatriotas, mostró el despertar del cambio.

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