
De esta forma abrupta y fuera de cualquier cauce oficial se enteraron la pequeña y sus padres de que supuestamente se había concluido, con un traslado de centro, el expediente disciplinario abierto, tras varias vicesitudes, en abril pasado por incumplir las normas del colegio que prohíbe acudir a las aulas con la cabeza tapada con cualquier gorro o paño, por mucho que el hiyab sea un símbolo religioso como reconoce la norma del DNI que sí lo acepta.
La familia de la niña tomarán medidas legales y denunciarán el viernes ante la fiscalía lo que su abogado, Iván Jímenez – Arbay, tacha de “barbaridad”. El letrado, también profesor de la Universidad Autónoma, cree que este último episodio de un largo conflicto que afectó la escolaridad de la menor en su sexto año de Primaria es “una venganza personal” del director, por la que se le pueden pedir responsabilidades penales.
Nunca se comunicó nada oficialmente a los padres de la alumna, reseña el letrado. “No creo que el consejo escolar esté al tanto de esto, no se puede concebir que se salte todas las reglas de juego”, resaltó. El martes, víspera del último día de clase, el director intentó dar una carta a la niña para que se la diese a sus progenitores. La pequeña se negó a recogerla, atendiendo las recomendaciones de sus padres y su abogado, que nunca lograron que se le comunicasen en forma las decisiones del colegio.
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